Así ha quedado el libro de Teresa Bedman después de pasar por mis manos. Lo he acabado en poco más de dos días de duro trabajo. Y es que todo es empezar. El tema me apasiona y, como suele ocurrir, cuando una se sumerge en el proceso da la sensación de que todo se retroalimenta. Los complejos mecanismos mentales se ponen a funcionar y una cosa lleva a la otra.
Como nos dijo recientemente en una ponencia el escritor Enrique de Hériz, empaparse de un tema es la mejor manera para dejar que fluya la imaginación. Nada es más cierto. La imaginación permanece prisionera del miedo y de la ignorancia. No conocer un tema nos hace temer los errores, mucho más en una novela histórica. Y así vamos adelante. Con los nuevos aportes documentales voy puliendo la trama. Los detalles se van perfilando. Los personajes empiezan a cobrar vida. Mi cabeza bulle con las diferetes teorías. ¡¡¡Ainssss!!! ¡Qué emoción! De aquí puede salir algo grande o un verdadero bodrio jajajajajaja. Sólo el tiempo lo dirá. De cualquier manera, y pese al trabajo, es impagable lo que estoy disfrutando. Y con que este proyecto me dé la mitad de alegrías que mi primera novela ya firmo.
Precisamente de ella, de "El susurro de los árboles" he estado hablando hoy con Francisco Legaz. Espero tener mañana el link de la entrevista para poderlo colgar aquí y para escucharme. ¡¡Qué horror!! Y es que con los nervios una habla y habla y habla y luego tiene la sensación de que no le ha dejado abrir la boca al entrevistador jejeje. Bueno, ahora es momento de recoger los bártulos para irse a dormir que hay que descansar para seguir trabajando. Mañana más y esperemos que mejor.
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