viernes, 21 de febrero de 2014

GOOD NEWS!

Hoy he recibido una llamada que me ha puesto las pilas: estoy entre las finalistas del XIII Concurso de Relatos Breves de Mujeres “Paraules d’Adriana” organizado por la Concejalia de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs. Quedar finalista de un concurso siempre hace ilusión, pero esta vez hay diversos motivos que hacen que sea bastante especial para mí. Viví quince años en Sant Adrià de Besòs. Llegué al municipio con diez años así que estudié desde quinto de EGB y hasta el instituto allí, pasando también mis años universitarios a caballo con Bellaterra. No es la primera vez que participo en el certamen. Creo que han sido tres o cuatro las ocasiones, no lo recuerdo. Una vez presenté a concurso el relato que dio origen a El Susurro de los Árboles, que sí que ganó un premio y fue mi primera novela. Así que le tenía ganas por diferentes motivos. Cruzo los dedos y ojalá que haya suerte aunque ya es un premio que mi relato haya sido elegido.

martes, 18 de febrero de 2014

NO NEWS

Sigo escribiendo. Sigo leyendo. Sigo viviendo. Sin grandes novedades. El 27 de marzo en la Biblioteca de Sant Adrià de Besòs hablaré de mis libros, la excusa El Café de la Luna. A finales de ese mismo mes o a principios de abril, si los hados nos son propicios, presentaré en Torredembarra el libro de un amigo. Me gusta la idea de oficiar de madrina en la presentación de un libro, es como un paso más. Y mientras tanto continúo tramando historias.
Tengo una novela que he de mandar por esos mundo de dios a que se busque la vida, pero no me arranco. Es un paso que detesto. Tal vez debería buscarme un agente literario, o no. No lo tengo muy claro. Y aparte de ese trabajillo de autoagente literaria debería ponerme con la otra novela que espera la primera revisión y reescritura. ¡Uf! No estoy por la labor, ciertamente. Hay días de esos en los que tengo la sensación de que las cosas no progresan, pero lo cierto es que ando inventando mundos y no pienso en casi nada más. Debería ponerme las pilas. Sí. Pero no me arranco.