Nos conocimos a finales de 2002 y en mayo ya estábamos enamorados. Robert apareció en mi vida en el preciso instante en que todo se derrumbaba y me dio alas para volar. Creyó en mí desde la primera línea en que me leyó, nunca hasta entonces nadie me había tomado tan en serio como escritora como hizo él. A partir de ahí me ha apoyado en todas y cada una de las cosas que he hecho. Cuando empecé a trabajar en "El susurro de los árboles" fue él el que me ayudó a elegir un portátil y me convenció de que para mí era casi una necesidad. Otro día apareció en casa con una guía de Chile, al siguiente con una impresora para que pudiera ir imprimiendo borradores que corregir.
Estuvo a mi lado cuando abrí el primer mail de los padres de Rodrigo que, por cierto, hoy cumpliría 45 años. Aquel día me bloqueé. Eran personas reales las que habían acudido a mí para contarme sus historias y creí que no podía seguir adelante, era demasido duro. Pero él me convenció de que debía hacerlo más que por mí por ellos. Y así con todo.
Juntos vivimos el temor a no ver materializado el premio del YoEscribo.com. Fue él también el que leyó en la prensa la suerte que había corrido el dueño de la Fundación Drac. Y juntos hemos celebrado cada pequeño paso. Es más, cambió su horario de trabajo para que yo tuviera más tiempo para escribir. Ahora se levanta a las 5 de la mañana y llega a casa a las 17:00 sin comer, para que yo pueda escribir. Es el hombre que me regaló la Luna (así se llama nuestra hija, Lluna). ¿Qué más puedo decir de él?
El otro día hablando con Clara Obligado me decía que tener una buena pareja es muy importante para un escritor, más para una escritora. Pues he de decir que yo la tengo, la mejor. Hoy, 12 de marzo, se cumplen tres años desde que nos hicimos pareja de hecho (aunque de hecho ya éramos pareja :D). Él ya lo sabe pero quiero que lo sepa todo el mundo: todo lo que he escrito, publicado y todos los proyectos de futuro no serían nada sin él. Porque Robert fue quien me puso alas para que yo pudiera volar por los cielos inciertos de esta aventura. Felicidades, amor, me quedo otros 300 años contigo.
3 comentarios:
Muy bonito.
Detrás de un gran hombre, dicen, que se esconde una gran mujer, y viceversa. Felicidades a los dos. Me suena un tanto lo que escribes... ¿por qué será?
Un abrazo, amiga.
Mián Ros
Moltes gràcies, Carles, potser queda una mica cursi o "ñoño" però ho sentia així i em venia de gust dir-ho. Una abraçada.
Mián, amigo, hombres y mujeres caminamos juntos, unos al lado de las otras. Eso es lo hermoso y constructivo y lo que hace que las parejas sigan creciendo juntas, que avancen, que se sumen en vez de restarse. Si uno de los dos permanece en la sombra probablemente no será feliz y dificilmente podrá hacer feliz al otro/a. Un abrazo para ti también.
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