Cada cosa tiene su tiempo. A veces podemos decidir. En ocasiones las cosas nos vienen dadas. Fortuna, destino, casualidad... Estoy abierta a creerlo todo: soy escritora, soy capaz de imaginar, de inventar... por tanto puedo creerme cualquier cosa si me la cuentan bien.
Por esas cosas que tiene la vida, el año pasado publiqué una novela. Por esas fatalidades que tiene el destino, me quedé sin entrega de premios y sin promoción y eso me obligó a buscarme la vida, a moverme, a hacer contactos. Por esas cosas que tiene el ser madre, me veo cuidando de una pequeñaja de dos años full time y así no hay quien se concentre ni quien sea capaz de escribir demasiadas líneas seguidas. Por esas cosas del azar, conocí a Mcgregor en el Facebook (de nuevo el face) y gracias a él (o por su culpa je je je) he acabado leyendo y reseñando para Anika Entre Libros.
Parece ser que en estos momentos es mi tiempo para leer. Al principio se me hacía muy difícil, me parecía casi imposible, pero nada que ver con mi actual realidad. He conseguido concentrarme pese a que Lluna se pasa el día intentando llamar mi atención haciendo toda clase de trastadas. Soy capaz de seguir con la lectura como si nada después de cada interrupción. tras haber tenido que salir corriendo a la carrera porque ha gritado un ¡¡¡PIPIIIIIIIII!!! desesperado y hemos tenido que correr como alma que lleva el diablo en dirección al orinal... En fin, me cuesta horrores ponerme a escribir, creo que no es el momento de embarcarme en un gran proyecto que requeriría muchísima más dedicación, pero afortunadamente puedo leer.
Los proyectos siguen ahí. Sugen a cada momento. Pero me siento tan cansada que mi mente funciona muy lentamente... a ralentí. Estos días a las complicaciones habituales se han sumado otras que me son ajenas pero que me han mantenido ocupada (mi ONG http://www.teacompañoalmedico.org/ ). Lo bueno es que en los tiempos muertos he podido leer. Leer, leer y leer... un verdadero gustazo. Por lo menos siento que hago algo, que no pierdo el tiempo. En la foto podéis ver la parte de arriba de una de mis estanterías repleta de libros por leer. Al lado de mi María Moliner la pila de los que están pendientes de reseña (y cada día llegan más, hoy "El hombre del baobab" de David Cantero). Para colmo de lectura, el sábado regresé a casa con 12 ejemplares más (de esos que llegan a mí por parte de un mágico conjuro). En fin, no cabe duda de que es mi tiempo de leer.
Por esas cosas que tiene la vida, el año pasado publiqué una novela. Por esas fatalidades que tiene el destino, me quedé sin entrega de premios y sin promoción y eso me obligó a buscarme la vida, a moverme, a hacer contactos. Por esas cosas que tiene el ser madre, me veo cuidando de una pequeñaja de dos años full time y así no hay quien se concentre ni quien sea capaz de escribir demasiadas líneas seguidas. Por esas cosas del azar, conocí a Mcgregor en el Facebook (de nuevo el face) y gracias a él (o por su culpa je je je) he acabado leyendo y reseñando para Anika Entre Libros.
Parece ser que en estos momentos es mi tiempo para leer. Al principio se me hacía muy difícil, me parecía casi imposible, pero nada que ver con mi actual realidad. He conseguido concentrarme pese a que Lluna se pasa el día intentando llamar mi atención haciendo toda clase de trastadas. Soy capaz de seguir con la lectura como si nada después de cada interrupción. tras haber tenido que salir corriendo a la carrera porque ha gritado un ¡¡¡PIPIIIIIIIII!!! desesperado y hemos tenido que correr como alma que lleva el diablo en dirección al orinal... En fin, me cuesta horrores ponerme a escribir, creo que no es el momento de embarcarme en un gran proyecto que requeriría muchísima más dedicación, pero afortunadamente puedo leer.
Los proyectos siguen ahí. Sugen a cada momento. Pero me siento tan cansada que mi mente funciona muy lentamente... a ralentí. Estos días a las complicaciones habituales se han sumado otras que me son ajenas pero que me han mantenido ocupada (mi ONG http://www.teacompañoalmedico.org/ ). Lo bueno es que en los tiempos muertos he podido leer. Leer, leer y leer... un verdadero gustazo. Por lo menos siento que hago algo, que no pierdo el tiempo. En la foto podéis ver la parte de arriba de una de mis estanterías repleta de libros por leer. Al lado de mi María Moliner la pila de los que están pendientes de reseña (y cada día llegan más, hoy "El hombre del baobab" de David Cantero). Para colmo de lectura, el sábado regresé a casa con 12 ejemplares más (de esos que llegan a mí por parte de un mágico conjuro). En fin, no cabe duda de que es mi tiempo de leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario