Llevaba unos días sin acercarme a Egipto y ya lo echaba de menos. El viaje, las cosas del día a día, las entrevistas y libros para Anika, mis artículos y entrevistas pagadas... el caso es que tenía ganas de regresar a mi chocita al lado del Nilo y plantarme mi túnica de lino y mis sandalias de palma y papiro y dedicarme a leer y a pensar en "La hija del Escriba".
La cosa va bien, muy bien. Cada vez tengo más clara la trama. Conforme leo voy viendo las cosas más claras y hasta he encontrado nuevos personajes. La mala noticia es que están surgiendo tantas ideas y quiero hacerlo tan bien que me va a llevar mucho tiempo hacerlo. Estoy trabajando mucho los previos. Estoy desconocida. ¡¡¡Yo haciéndome fichas de los personajes y esquemas!!! Si al final hasta voy a tener un método y todo je je je.
Nefertari se presenta como una mujer fascinante. El mundo de las mujeres egipcias, como el de las mujeres en general, ha sido poco tratado y supone un reto un reto que espero saber afrontar. Recrear aquella época, meterme en la piel de aquellas personas... La verdad es que me da un poco de respeto. Puede ser porque mi primera novela fue algo un poco inconsciente. Salió de dentro y no tuve que planteármelo. Fluyó y nadie sabía si iba a publicarse o no, era simplemente una anécdota. Ahora, hay un listón. A lo mejor parece que no es alto pero para mí lo es. Yo espero mucho de mí. Y esto es volver a empezar, tal vez ya no de cero, pero empezar. Bueno, me vuelvo a Egipto que tengo unos rollos de papiro esperándome.
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