Pues sí, aún a riesgo de parecer voluble, inestable o mudable os he de decir que mi bajón y mi mal rollo, tal y como vinieron, se han ido. Ahora mismo se lo explicaba a Miguel Ángel, MiánRos, respondiendo al maravilloso comentario que hizo en mi anterior entrada. Casi siempre exorcizo mis males escribiendo. Y como me comentaba el otro día Carolina, el Halcón, yo como ella también necesito escribir, escribir creando, inventando historias. Si dejo de hacerlo aunque sea unos días siento como que me falta algo. Eso se traduce en desánimo, apatía y un malestar en ocasiones físico. Y no es hablar por hablar.
Esta tarde en un ratito he hilado un relato de setecientas palabras que creo que no está del todo mal. La idea me parece buena y , aunque mejorable como todo en esta vida, el resultado me ha dejado bastante satisfecha. Mi antídoto para estos malos momentos suele ser escribir. Ahora falta la opinión de alguien muy puesto en el tema. Espero que no sea muy duro aunque si lo es me ayudará a aprender y mejorar. Uno de los protagonistas de ese relato es el insigne Miguel de Cervantes, ¡¡¡¡qué insolente y atrevida!!!! Juasjuasjuas.
3 comentarios:
Parece haber sido cosa de poco. Me alegro.
Bienvenida a este lado, donde los dolores quedan aislados por un tiempo, lejos del camino real.
Un abrazo.
Querida Dolores, me alegro que andes con nuevos bríos. Suele pasarme lo mismo, es raro, entre poema y poema que escribo hay unos intersticios de alegría, comezón y luego algo parecido a la angustia si no logro sacar algo que me guste medianamente, como para seguir trabajándolo. Ya lo he asumido como parte del proceso. Te mando "buenas vibras" y un fuerte abrazo.
De nuevo gracias, MA, es un gustazo encontrar tus palabras en mi humilde bitácora.
¡¡Ceci!! ¡Cuánto tiempo! Supongo que tendré que asumir estos bajoncillos como parte del proceso creativo, aaaaaaains, ¡cómo somos de sensibles los artistas! jajajajajaja. Besitos a los dos.
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