El día ha sido duro. A todo lo que es el normal devenir de mis días se une esta semana de cosas relacionadas con la presentación de la novela. Esta tarde ha tocado una entrevista a tres bandas (tenía que ser a cuatro pero Jordi Suñé no ha podido venir) con las personas que participaremos en el acto del viernes.
Ha sido en Ona La Torre. Lástima que el ambiente allí se haya enrarecido un poco en las últimas semanas. De todas maneras, ha sido un gusto compartir mesa y micrófono con Esteve Morros y Belén Marquez. Desde ese espacio en las ondas he vuelto a lanzar un mensaje a todos los escritores que hay en este pueblo para que nos acompañen a Belén y a mí en el Entre Llibres y se sumen a nuestras iniciativas por crear un espacio de intercambio y camaraderia entre personas que aman la lectura y la escritura.
Al salir de la radio nos hemos dirigido a la Biblioteca Mestra Maria Antonia donde se celebrará la presentación. La sala no es muy grande, funcional y un poquito desangelada. Yo le daría un "toque femenino". No va a ser tan glamourosa como la de El Final del Ave Fénix de mi amiga Marta Querol, doy por hecho que no tendré un ramito de flores como tuvo ella, pero espero que la falta de medios o de detalles sean suplidos por el interés de los asistentes y los discursos de los presentadores.
Mañana me espera otra entrevista para la radio y alguna cosa más y ya sólo quedarán unas cuantas horas para el gran momento. Espero que esta sea una puerta o una ventana que se abre. Que gracias a esta presentación surjan más historias y nuevos contactos y que sólo sea la primera de alguna que otra más. Como ya dije en otra ocasión, quisiera que este ritual me sirviera para dejar a un lado "El susurro de los árboles", recordarlo con cariño, soltar lastre y seguir adelante.
Es verdad que cuando uno acaba de escribir una novela tiene la sensación de que nunca podrá volver a hacerlo. En mi caso ha ocurrido con la publicación. Espero exorcizar fantasmas y volver a la carga con el teclado para darle vida a "La hija del escriba". Ahí estamos.
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