Ana María Matute, la gran dama de la literatura en lengua castellana, ha ganado el premio Miguel de Cervantes. Me alegro mucho por ella, porque se lo merece, pero también por las escritoras que venimos detrás y a las que ella nos ha ido abriendo puertas. Ser escritora cuando ella empezó a serlo no era fácil. Pese a todo el hada blanca de los cuentos ha llegado a lo más alto. Este premio no la hace mejor pero es un merecido reconocimiento. Sus historias hacen volar a otros mundos y traspasar la frontera entre lo real y lo imaginario. Tengo la gran suerte de tener uno de sus libros dedicados, Olvidado rey Gudú, que sé que es su libro preferido de los que ha escrito. Si ya era la joya de corona hoy lo es mucho más. Felidades, Ana María, nunca he vivido con tanta emoción un premio literario ni lo he disfrutado tanto.
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