Las cosas no son buenas ni malas en sí mismas. Lo más maravilloso puede tornarse horrendo si se hace un mal uso de ello. Hacer amigos en Internet es muy bueno, olvidarse de las personas de cada día por estar conectado a un chat es una barbaridad. Tener un blog o dos, es divertido, enriquecedor, interesante, instructivo... cuando el número va creciendo de manera incontrolable el llevarlos adelante puede ser una verdadera paranoia, tornarse en obsesión. Jugar un ratito a tirar bolas en el Face o entrar a chafardear el perfil y las fotos de otros puede ser divertido, engancharse puede convertirse en un mal vicio y una pérdida de tiempo.
Está claro que los extremos nunca han sido buenos. Lo poco gusta, lo mucho empacha. Las cosas bien usadas nos suman de lo contrario suelen restar. Cada vez son, somos, más los que intentamos pasar menos tiempo en Internet. Todo y ser una herramienta maravillosa también puede llegar a convertirse en un problema si no somos capaces de prescindir de ello. Todo es proponérselo, aplicar el autocontrol y poner cada cosa en su sitio. Priorizar y dejar de lado lo que no nos aporte, lo que nos sea nocivo.
En mi caso, confieso, Internet ha sido fundamental a la hora de poner en marcha mi incipiente profesión de escritora. Publiqué mi primera novela sin salir de casa y sin gastar ni un céntimo en el envío. Bastó un mail para ver mi libro publicado y, encima, tuve la gran suerte de cobrar por ello. Mi último premio también lo conseguí de la misma manera. Aparte de eso a través de la red he hecho contactos profesionales que me han aportado mucho. Sin desmerecer para nada los contactos personales que también me han enriquecido y me enriquecen.
Facebook. Está lleno de mariconadas, cierto. Uno se engancha y sin que te des cuenta se te va el tiempo, es verdad. Hay mucho impresentable suelto, lógico, pero no más o menos que en los chats, campando por la red o en el día a día real. Sí que es cierto que hay mucha gente que se está "quitando" del face, que reniega de él... Estoy convencida de que algo hay detrás de todo ello porque no es uno ni dos. En mi caso y de momento sumo más que resto. He tenido el placer de chatear o enviarme mensajes con algunos escritores novatos y otros consagrados. También he podido entrevistar a algunos escritores que conocí en el face en la vida real, he hablado con ellos y hasta les he conocido en persona. Este verano puede que pase unos días con una maravillosa escritora que he conocido allí también (no adelantaré acontecimientos que luego las cosas se gafan). Además me han llegado libros de gente que hallé en ese ciberespacio e incluso la colaboración en Anika surgió allí.
Sería hipócrita o poco consecuente, en mi caso, criticarlo. Aunque entiendo que cada uno cuenta la misa como le ha ido, ¿no? Vuelvo a lo mismo: las cosas no son buenas o malas en sí mismas, lo positivo o negativo es el uso que de ellas hacemos. Tal vez algún día también yo reniegue de Facebook. De momento no tengo motivos. Esto es, como siempre, una opinión muuuuuuy personal. No critico a los que han salido ni a los que no les gusta. Cada uno tiene, tenemos, nuestros motivos.
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