domingo, 8 de febrero de 2009

BAJO EL INFLUJO BENEFACTOR DE LA LUNA

Siempre ando quejándome de lo que ha cambiado mi vida desde que fui madre. En mi defensa diré, que la maternidad es una profesión muy dura y el desgaste físico causa estragos nuestra psique. La experiencia del parto, en mi caso, fue horrorosa. Al sufrimiento físico (por las muchas complicaciones que tuve) se unió el sufrimiento emocional y todos los cambios que van operándose en tu mente hasta que logras acostumbrarte a la nueva situación.
Luego está el cansancio. Noches sin dormir. Largas horas de lactancia durante 17 meses. Un pequeño ser que cual diminuto koala se aferra a una y no la deja escapar. La demanda constante de atención por parte del pequeño. El peso de la responsabilidad de saber que esa personita depende de nosotras en todo momento...
El caso es que, si me paro a pensar, mi yo escritora empieza a tomar forma paralelamente a Lluna, mi luna creciente. El día que recogí mi primer premio literario ella ya estaba en mi vientre. Eso debió de ser una señal. Mi "carrera" literaria (lo digo entrecomillado porque me parezco un poco pretenciosa) se iba gestando al tiempo que lo hacía mi hija.
Todo lo demás también ha venido con Lluna. Zoé Valdés, por ejemplo, me dedicó algo de su tiempo porque, según ella, le transmitía buenas vibraciones. Eso me lo dijo al saber que mi hija se llamaba como la suya, Luna. Yanitzia Canetti también reparó en la carita de bicho malo que tiene mi Lluna y así empezamos a conversar.

Lluna ha sido un talismán de la buena suerte. También lo ha sido su papá, al igual que esta casa de la Luna desde la que escribo. La Luna me cobija y me proteje, ella proveerá.

"LA HIJA DEL ESCRIBA" VA TOMANDO FORMA


Han pasado ya más de tres años desde que escribí "El susurro de los árboles". El tiempo transcurre muy rápido y, excepto los últimos meses, no se puede decir que no lo haya aprovechado. A esos tres años de trabajo debo las novelas "Fres@s" y "Una aldea junto al mar", la reescritura de "La luna sobre el lago", mi primer intento de novela cuando tenía 19 años, un libro de relatos sobre segundas oportunidades que casi tengo acabado, infinidad de relatos de temática variada y variopinta, y dos o tres novelas más apenas empezadas.
Creo que no se puede decir que haya estado ociosa, todo lo contrario. Ocurre que después de publicar una novela, uno es mucho más exigente consigo mismo. Por otro lado está el hecho de que alguien me aconsejara que pusiera en marcha mi idea de una novela sobre el Antiguo Egipto y, por qué no, también las ganas que tengo de acometer un proyecto de mayores dimensiones y totalmente nuevo.
Soy muy exigente conmigo misma y cuando escribo sobre algo busco documentación y me preparo antes de ponerme con la escritura. Apenas unas líneas de esta nueva novela escrita y siento la inseguridad del que cree que aún no sabe lo suficiente sobre un tema. Y eso que llevo toda mi vida enamorada del arte egipcio, visitando exposiciones, leyendo sobre el tema... en fin, que no se puede decir que sea una neófita. Pero quiero saber más.
Siempre quise escribir una novela sobre el Antiguo Egipto pero llegado el momento no tenía muy claro sobre qué escribir. Era un período tan amplio que tenía que delimitar el tiempo sobre el que yo iba a escribir. Un faraón, una dinastía, un contexto histórico, unos personajes... a partir de ahí se trataba de ir dando contenido a cada palabra, cada hecho, cada situación. Todo en conjunto resulta mucho más complejo que escribir sobre algo inventado o sobre una época que nos sea más cercana en el tiempo.
Y en este punto estoy. Mi biblioteca se ha enriquecido con algunos títulos bastante especializados sobre el tema. Mi videoteca está repleta de documentales que tengo que ver. Mi carpeta de documentos bajados de internet rebosa de textos, fotos, mapas, planos de edificios o hipogeos... en fin, se puede decir que me siento como si acometiera una labor verdaderamente faraónica.
Mientras, varios proyectos andan por ahí dando vueltas. Tal vez en pocos días pueda hacer una entrada a este blog con buenas nuevas. Tal vez no. Como me dijo Jordi Sierra la última vez que hablé con él: cada libro es el primero. Si has quedado bien con el anterior tal ve te hagan más caso con el siguiente pero igualmente tendrás que convencer. Pues en esas estamos.

sábado, 7 de febrero de 2009

UNA HABITACIÓN PROPIA

La gran Virginia Woolf habló de la habitación propia de la escritora en su libro del mismo nombre. Para poder escribir una mujer necesita una habitación propia y una cantidad determinada de dinero, según ella. La habitación propia del escritor es tanto un espacio físico como mental, el lugar en el que fluyen las ideas y en el que una se siente libre.
En mi caso, tuvieron que pasar 34 años y cinco domicilios diferentes para hallarla. Lo importante es que la encontré. Mi habitación propia me estaba esperando en una casita adosada en el municipio de Torredembarra. Una casita de tres plantas desde cuyas ventanas delanteras se ve el mar. Una casa que transpiraba buenas vibraciones y que me ayudó a dejar salir de mi interior miles de historias que llevaba escondidas muy adentro.
He de confesar que "El susurro de los árboles" no nació aquí. Mi primera novela publicada fue fruto de una catarsis personal y se gestó y cobró vida en un espacio de mi mente más que al amparo de un espacio físico. Aquí la tenéis en la foto: esta es mi habitación. Últimamente y con la presencia de Lluna está un poco desordenada, pero ahora intento ordenarla y adaptarla a mis necesidades para que "La hija del Escriba" pueda ver la luz entre las cuatro paredes de esta habitación.
Unas estanterías que están en proyecto y un cambio de color en las paredes ayudarán. De momento mi portátil, mis apuntes, mi María Moliner, mi tacita de té, mi incienso quemándose y mis libros tendrán que ser suficiente. De este espacio, además de mis historias, han surgido mis contactos con escritores conocidos, desconocidos e incluso inéditos, los guiones del Entre Llibres, mis tres concursos ganados y muchas cosas más, incluidas las entradas de mis dos blogs. Algún día, esta será la estancia estrella y la más visitada de mi casa museo ja ja ja.
Moraleja: hay que buscar una habitación propia, en el espacio real o en la mente de uno mismo para dejar que las musas nos vengan a visitar. El trabajo constante, los rituales de cada uno y la documentación harán todo lo demás.


jueves, 5 de febrero de 2009

CONCURSAR O NO CONCURSAR, ESA ES LA CUESTIÓN

Cuando un escritor decide salir de la penumbra de su soledad para someterse al juicio de los lectores, cuando quiere lanzarse a volar más allá de su círculo de familiares y amigos, varios son los caminos a seguir. Hablaré del de los premios, una buena manera de comenzar el camino para reinvindicarse como escritor.
Los concursos son, sobre todo, una buena escuela para aprender a escribir. Uno se obliga a cumplir unos plazos, a escribir relatos de diferentes géneros, a corregirlos, a valorarlos, a someterlos al juicio de desconocidos... Bien es cierto que hay que ser muy bueno o participar en todos ellos para poder hacerse con algún galardón, pero también es la manera de ir escribiendo nuestra historia de escritores.
Había participado en algunos concursos literarios a lo largo de mi vida cuando en el 2005 decidí presentarme al Planeta. Sí, ya lo sé, menuda desfachatez, qué gran ingenuidad... Pero ese fue el principio de todo. Me marqué un plazo para acabar "El susurro de los árboles", me sentí escritora a cada paso que daba desde poner el punto final hasta inscribirlo en el registro de la propiedad intelectual pasando por presentarlo al premio. ¡¡¡Aaaaaay, qué montón de sensaciones maravillosas recuerdo!!!
También, me compré un libro "Guía de Premios y Concursos Literarios en España 2004-2005" que prometía ser una buena herramienta de trabajo y acabó siendo un fiasco. Mucho más práctico y de provecho fue registrarme en http://www.letralia.com/. Gracias a ello recibo periódicamente convocatorias a infinidad de certámenes. Dos de mis tres premios se los debo a este portal.
Y así fui escribiendo mi currículum. El primer premio fue simbólico, apenas 150 euros, pero fue reconfortante y me subió la moral, además, se trataba de la señal que andaba pidiendo al Espíritu de la Literatura para saber si me equivocaba o tenía que seguir escribiendo. Y seguí. Pensé que aquel reconocimiento sólo era el principio de otras cosas buenas que estaban por llegar. Sin embargo, no es fácil ganar concursos. No se pueden acertar los gustos de cada jurado. No siempre ganan los mejores, eso es una realidad. Casi nunca te notifican los fallos o te agradecen la participación, así que no es raro que uno se desanime y tire la toalla.
También cuesta dinero. Cuanto más cutre (con perdón) es el certamen más cosas te piden. Cinco copias de una novela, un cd, correo certificado... Y cada nuevo concurso que se escapa es un golpe a la moral y un castañazo al bolsillo. Por suerte está internet. Gané mi primer, y único, premio de novela sin moverme de casa y, por supuesto, sin gastarme un sólo céntimo.
Hay otras maneras. Esta es sólo una de ellas. También en internet hay numerosas revistas literarias que publican cosas de autores noveles, aficionados o como quiera que nos llamen. Todo eso, además de escuela, va dándonos bagaje y anota citas en nuestra biografía de escritos.
Presentar cosas a editoriales es otra forma de avanzar aunque somos tantos los que escribimos que no se suelen leer los escritos si no es que tienes mucha suerte o vienes recomendado. Por eso, otra manera de ir avanzando de a poquito es a través de contactos. No es necesario que te apadrinen (aunque eso sería lo ideal, je je) sólo hay que saber tocar la tecla adecuada para que te pasen un contacto y, como no, estar en el sitio indicado en el momento oportuno. Ya os iré contando.

martes, 3 de febrero de 2009

MI AMIGA CORAZÓN NÁCAR

Conocí a Corazón Nácar en un foro que se creó en YoEscribo.com para felicitarme por haber ganado el premio de novela de ese portal. Enseguida conectamos y empezaron las confidencias. Maria Jesús, que así se llama esta escritora, me contaba de sus proyectos literarios, de sus sentimientos, de sus sueños... y yo por mi lado iba haciendo los mismo.
Maria Jesús ha sido para mí como una hermana mayor que me anima en los momentos de bajón, que me regaña por no creer en mí y que me recuerda siempre que lo necesito eso de "nena, tú vales mucho". Aún me acuerdo del día en que me dieron la noticia de que la Fundación Drac no celebraría su entrega de premios. Me sentí fatal porque había soñado con ese momento, porque era una ocasión que había esperado toda mi vida, porque... Y ahí estaba ella. Corazón Nácar, un corazón generoso y sensible que no dudó en coger el teléfono y llamarme para ofrecerme su consuelo. No te imaginas, querida amiga, lo que me emocionaste y ayudaste ese día. Oír tu voz me hizo sentir mejor.
Maria Jesús es, sobre todo, un ejemplo de superación y coraje, de ganas de seguir adelante y de hacer realidad su sueño de ser escritora. Pero no es un sueño, Maria Jesús, TÚ ERES ESCRITORA, una gran escritora. Pese a tus errores o limitaciones, que todos los tenemos, eres capaz de arrancar sentimientos con tus palabras, de proporcionar emociones con ellas, y eso sólo es capaz de hacerlo un escritor. Conozco a muchos que se llenan la boca diciendo que lo son, pero nunca llegarán a ser la mitad de escritores de lo que eres tú.
Vi con emoción la lectura de tu relato sobre el Alzheimer. Me emocioné como si fuera algo mío... pero es que lo es, es un pedacito del corazón de una persona a la que en la distacia y pese a que sólo han mediado entre nosotras una llamada y algunos mails, aprecio y estimo. Una amiga. Me enorgullece y me honra ser tu amiga, poder decirlo. Un abrazo, querida amiga, de un corazón como el tuyo siempre saldrán palabras hermosas y bellas historias.
A quien quiera conocer un poquito más a Maria Jesús García le sugiero entrar en su blog mjesusmitrebol.blogspot.com.

DESPACITO Y BUENA LETRA

El mundo es, en general y casi siempre, una gran hoguera de las vanidades. La gente vive pagada de sí misma, se fabrica su imagen de carton piedra y tiene que aparentar para que los demás crean que ES. En el mundo de los considerados "artistas" esto se sobredimensiona. No sólo hay que ser de puertas para adentro sino que además hay que aparentar lo que se es o, lo que no deja de ser ridículo, lo que se quiere ser. Y digo ridículo porque no hay nada más obsceno que querer engañarse a uno mismo.
Siempre he querido escribir, desde que era una niña. Me hice periodista porque quería escribir, ser escritora, se entiende, pero no me atrevía a serlo. Hace unos años mi vida dio un giro inesperado y me lancé en busca de mi sueño. Me compré mi portátil y empecé a hilvanar historias que me tocaban muy adentro. Así nació "El susurro de los árboles". Sin pretensiones, sin ir de nada, simplemente haciendo realidad, poco a poco, mi sueño.
En estos momentos estoy recogiendo las mieles de unos años de trabajo. Duro trabajo, sí, pero no sé si se puede decir que es trabajo hacer lo que a uno más le gusta hacer. Continuaría escribiendo siempre aunque no me pagaran por ello. Lo necesito para respirar, para latir. Llegados a este punto de mi vida, podría decir carrera pero me sonaría pretencioso y no va conmigo, y con algunos logros que aunque sencillos son mis logros, nunca he ido restregando a nadie nada por las narices ni presumiendo de lo que soy. Cuento lo que me sucede en mi día a día, si eso molesta, lo siento.
Recorriendo esta carrera de fondo que es el oficio de escritor, me he encontrado con todo tipo de personajes. Recuerdo una vez, hace mucho tiempo, que trabé amistad con una chica que también escribía. Fue a través de la revista Qué Leer. Nos intercambiamos relatos y nos escribimos algunas cartas (entonces no estaba tan extendido lo de Internet, soy así de vieja). La muchacha en cuestión era una administrativa a la que le gustaba mucho escribir, estaba en paro y se había dejado ir escribiendo algunos relatos con más ilusión que acierto y con menos palabras que faltas de ortografía. No dije ni mú. Leí lo que me mandaba y, aunque me pareció malo, insulso, incorrecto a todas luces y aburrido, me callé. Ella, por su parte, se tomó la libertad de mandarme el relato que yo le había enviado ¡¡corregido!!
Luego están los grandes de verdad. Entre ellos, de momento, he tenido la gran suerte de encontrarme con excelentes escritores que me han tratado como a un igual, que me han elogiado y me han animado a seguir. El mensaje siempre ha sido "tienes mucho que aprender pero yo aprendo también algo cada día". Frente a estos grandes señores de las letras he dado con mucho mindudis metido a escritor que por el hecho de haber leído mucho o de haberse puesto a escribir se creen los reyes del mambo.
Se es escritor escribiendo y, aunque nos duela un poco a muchos que no estamos muy presentes en los papeles, publicando. Dime qué tienes publicado y te diré qué escritor eres. Dejen de ir de escritores y demuestren que lo son. Hagan la prueba, es bien fácil: si les piden que escriban su currículum de escritor y no se les ocurre qué poner, tendrán que planteárselo. Unos buenos estudios que respalden la cosa tampoco son un mal colchón, algún premio, colaboraciones... En fin, que menos ínfulas y más hechos. Es cierto que los que escribimos en la sombra tenemos ganas de gritarle al mundo que somos escritores, porque en realidad lo somos, pero esperemos ese momento sublime en el que tengamos a nuestras espaldas algunos méritos, más que nada por eso de que luego la gente se cree que todo el monte es orégano y no nos toman en serio a los demás.

ENTREVISTA A FERNANDO IWASAKI EN ONA LA TORRE

Hoy he entrevistado a Fernando Iwasaki para el programa Entre Llibres de Ona La Torre en el que colaboro. Conocí a Fernando gracias a Juan Casamayor director de Páginas de Espuma, una editorial que se dedica a publicar cuentos. Como dice Juan, "a vivir del cuento".
De nuevo mi ignorancia me jugaba una mala pasada y me encontraba con que no sabía nada ni de este escritor ni de la editorial en cuestión, pero todo es ponerse y, con voluntad, todo se aprende. Y así hemos estado Fernando y yo hablando de libros, de esa magnífica edición de los Cuentos Completos de Edgar Allan Poe de la que él es editor junto con Jorge Volpi y que ha editado Páginas de Espuma.
Con motivo del Bicentenario de Poe Páginas de Espuma ha tomado la traducción que hizo Cortázar de los Cuentos Completos de este escritor y ha editado una estupenda obra en la que participan 69 escritores españoles y latinoamericanos. Dos prefacios de Carlos Fuentes y de Mario Vargas Llosa abren el palmarés y, a continuación, 67 escritores presentan o prologan cada uno de los relatos del escritor anglosajón. Condición imprescindible: tener editado un libro de cuentos y haber nacido alrededor del año 60.
También hemos hablado de cuentos, de los que Fernando ha hecho una magnífica defensa, de su importancia y su calidad. "Una novela es un matrimonio, un cuento es como un flirt", ha dicho. Para finalizar la entrevista Fernando Iwasaki nos ha hablado de Fernando Iwasaki, ese escritor que llegó a Sevilla desde su Perú natal buscando información para su tesis doctoral y ya no se marchó de allí. Fernando nos ha recomendado su libro "El descubrimiento de España" y también "El libro del mal amor", además de confesarnos su amor y su dedicación al flamenco. Como él dice, no deja de ser curioso que un peruano de apellido japonés se interese por el flamenco. Gracias Fernando por tu amabilidad y por haber charlado conmigo de libros.