lunes, 30 de julio de 2018

Diez años de publicaciones

De vez en cuando merece la pena mirar atrás. Estamos tan metidos en el día a día, en lo instantaneo, en el momento, que nos cuesta valorar las cosas en conjunto. Cuando una es escritora, cuando se enfrenta a diario a esa montaña de emociones que es este oficio cuando no eres alguien importante dentro del mundillo, merece la pena pararse a pensar en lo que se ha conseguido con tanto esfuerzo. En una década de trabajo, además de muchas otras cosas relacionadas con la escritura, hemos conseguido publicar tres novelas, una segunda edición de una de ellas, dos micros y tres relatos en sus respectivas antologías conjuntas. Hemos publicado también algunos relatos en revistas digitales y otras de papel (en España, México y Rumanía), moderado mesas en jornadas literarias, ejercido como jurado en concursos de relato... Visto así, y teniendo en cuenta que siempre tengo la sensación de que estoy en la línea de salida, de que no avanzo, creo que ha merecido la pena y que puedo estar contenta de haberlo conseguido todo por mí misma. Ahora a seguir a ver hasta dónde llegamos.

miércoles, 4 de julio de 2018

MI PRIMERA SEGUNDA

Publicar un libro con una editorial pequeña suele ser complicado. Por más que tus editores se lo curren no se tienen los medios que puede haber en los grandes sellos y, por supuesto, todo cuesta más. Resulta difícil llamar la atención de los medios de comunicación, que se interesen por tu obra, que te reseñes o te recomienden, que te den visibilidad. Por eso, cuando un libro como El domador de lagartijas, escrito por una autora poco conocida y editado en una editorial pequeña como Palabras de Agua consigue agotar su primera edición solo gracias al esfuerzos de autora y editorial y al boca a boca de los lectores, creo que es para estar muy contentos.
Y lo estoy. Mi primera segunda edición me hace muy feliz, más cuando la novela que la ha conseguido ha sido esta y en apenas cuatro meses. Gracias, lectores. Gracias a Ana y a Juande de Palabras de Agua y a los que de alguna manera habéis contribuido a darle alas a este libro. Seguimos adelante con ilusión y más ganas. Larga vida al domador.