miércoles, 7 de julio de 2010

VERANO CORTAZARIANO



Crecí en una casa sin libros. Los únicos que recuerdo son los que regalaba la Caixa por Sant Jordi y la Escuela del amor y el matrimonio que mi padre le regaló a mi madre al casarse cuando ella apenas tenía 19 años. Pese a todo, yo quería leer. En mi primer colegio descubrí ese lugar maravilloso llamado Biblioteca que tenía algo de mágico y en él yo me sentía diminuta. Recuerdo el primer libro que cogí en préstamo, el de Un oso llamada Paddington. Cuando iba a alguna casa de visita me encantaba mirar los libros que tenían en las estanterías y hasta alguna vez me atrevía a tomarlos de allí y a echarles un vistazo. También devoraba con ansia los que nos mandaban leer en el cole y los que le mandaban a mi hermana que ella rara vez leía.
No me avergüenza decir que empecé a leer como algo habitual a los 23 o 24 años. A partir de ahí la cosa se fue complicando. Primero hice la agenda de RENFE en internet y para la sección de libros me enviaban ejemplares de promoción desde las editoriales. Luego tuve el suficiente poder adquisitivo para comprar los libros que me apetecía casi a diario. Más tarde llegaron los que me traía mi chico de los de promoción que llegaban a la radio y, finalmente, mi colaboración en Anika entre Libros y mis contactos con escritores. Leer se ha convertido en un vicio, soy consciente. El virus de la "lecturofilia" me ha afectado tanto que sé que nunca jamás me curaré. Estos días los paso con el bueno de Cortázar. Descubrir a Cortázar a los 40 no debe de ser lo habitual pero es igual o más placentero.
Pues bueno, tal vez esto contradice eso que creen muchos de que los escritores han crecido entre libros. En mi caso fue antes la escritura que la lectura y ahora se complementan y retroalimentan. Además, creo que fue Edward Sapir el que dijo que todos los escritores son buenos lectores pero que no necesariamente un buen lector ha de ser un buen escritor. Sea como sea seguiremos leyendo porque nos da vidilla y nos encanta y este será mi verano Cortazariano porque pienso devorar sus dos volúmenes de cuentos. Soy un poco ansias, es verdad, es lo que tiene no haber leído de niña :D

4 comentarios:

Mián Ros dijo...

Me has traído grandes recuerdos, María. Yo, cuando era ñajo, leía los poquitos libros que tenía en mi casa: libros de Disney, pero lo que más me llamaba la atención eran los comics, de hecho pasaba todo el día dibujando tebeos, llegué a crear personajes que aún perduran en mi memoria, lástima que los primeros trabajos se perdieron, aunque aún conservo comic dibujados por mi de cuando no era tan ñajo (10-13 años).

Cuidado con los excesos, cualquier cosa tomada en grandes dosis no puede sentar bien ja ja ja.

Un fuerte abrazo, amiga.
Mián Ros

La Bruja de Clarà dijo...

Me alegra haber despertado en ti recuerdos agradables. Y guarda esos dibujos que cuando seas un escritor consagrado valdrán una pasta ^_^
Un abrazo fortote, amigo escritor.

Víctor Morata Cortado dijo...

No hay camino atípico en esto de la escritura y cada uno ha recorrido un sendero diferente. Lo importante es que una cosa te ha llevado a la otra y has podido regalarnos tus palabras al fin y al cabo. Escribir y leer, ¡¡vaya vicios ricos estos!!¡¡Y sanotes!! Besos Bruji.

La Bruja de Clarà dijo...

Viciosos que somos jejejejejeje y ¿no te pasa que cuanto más lees más quieres? ¿Y no te da la sensación de que no vas a tener suficiente en esta vida para leer todo lo que quisieras? Jajajajaja estoy enferma de bibliofilia aguda jajajajaja. besos