martes, 31 de marzo de 2009

DESPEDIDAS


Cuando tenía 18 años, un día, en el tren que me llevaba a la universidad, por encima del hombro de la persona que estaba a mi lado leí un párrafo del libro que estaba leyendo. Trataba sobre un niño que perdía a su abuelo y sus padres le explicaban que era ley de vida. Primero se iban los abuelos, los que era más mayores. Cuando nuestros abuelos habían partido uno debía de hacerse a la idea de que, por ley natural, los siguientes serían nuestros padres y después de ellos nos tocaría a nosotros. Era, simplemente, el fluir de la vida, algo que no puede detenerse ni cambiar. Pocos días después de leer furtivamente ese párrafo mi abuelo murió.
Mi madre siempre dice que cuando muere alguien en una familia también nace un nuevo miembro en cuestión de poco tiempo, es el relevo generacional. Estoy convencida de que tiene razón. Cuando me quedé embarazada de Lluna, murió la hermana de mi madre. Eso fue en febrero, mi hija nacía en marzo. Y así podría hablar de muchos casos. La vida. Nada puede detener su fluir que nos lleva a la muerte.
En los últimos tiempos, tengo la sensación de que se está agotando una generación a nuestro alrededor. Están muriendo mucha gente que conozco, nuestros padres. Eso me hace pensar que ya me queda un paso menos. Ahora soy madre. Me encuentro en el punto en el que conocí a mis padres pero con los papeles cambiados.
Se suceden una a una las despedidas. Los adioses te dejan agotado. Vas acostumbrándote a la tristeza pero no se va, también queda la ausencia. Y así, despedida tras despedida, una va perdiéndose un poquito a si misma... cuando de pronto Lluna irrumpe en medio de mi tristeza y me la hace olvidar por un momento... aunque sólo sea un momento. Seguro que ella retrasará en mí esa etapa derrotista y trascendental que parece que tienen los escritores y que los hace plantearse la vida y hablar a menudo de la muerte. Aunque imagino que, igualmente, llegará. Es la vida, nada ni nadie puede detener su lento fluir.

lunes, 30 de marzo de 2009

LUCES Y SOMBRAS DEL OFICIO DE ESCRIBIR


Recién he aterrizado en esto de escribir, hace apenas unos años. Pese a llevar ganándome la vida con ello desde los 17 o 18 nunca me había considerado escritora. Como Jordi Sierra dice "cuento historias". Pero ahora, teniendo una novela publicada y algunos otros méritos, aunque me de mucha vergüenza y respeto que me lo digan, supongo que sí, he de reconocer que soy escritora (el primer paso para la curación es reconocerlo).
En estos últimos tiempos he tenido la gran suerte de conocer a algunos escritores con más o menos currículum a sus espaldas que yo. Gracias al intercambio de experiencias he aprendido mucho y ahora puedo decir que sé un poco más de este mundillo. Y, como en todas partes, no es oro todo lo que reluce y cada uno sabe, y lleva como puede, las luces y las sombras de esta profesión.
A saber. Editoriales con pedigree que no pagan sus contratos o que los incumplen. Escritores de proyección mediática que han cobrado menos de adelanto por su novela que yo y también han recibido menos ejemplares de ella. Escritores que llevan muchos años intentándolo y otros que han llegado y besado el santo. Gente que sólo quiere publicar y vender, otros que hacemos carrera de fondo y vamos atesorando pequeños logros... en fin, como se suele decir, que hay de todo como en botica.
En el poco tiempo que llevo en esto, de todo me he encontrado. En general gente amable y generosa que comparte y se alegra de tus éxitos y que te anima a seguir. Otros, apenas uno o dos, que no sólo se creen mejores que tú sin tener nada sino que además tiran por tierra lo tuyo. A estos últimos les recomiendo humildad. Lo mío será escaso, no tendrá glamour, no estará hecho como "Dios manda" (que a saber qué tiene que decir este señor en lo de escribir a no ser que sean sus Evangelios) pero está ahí (lo mío, me refiero).
Me puedo sentir, no sé si decir orgullosa porque me parece pedante, pero sí contenta de haber ganado dinero escribiendo ficción y ya en un par de ocasiones. La última, con un montante que muchos para sí quisieran, incluso algunos que parecen más afortunados que yo. El caso es que no envidio otras suertes, me quedo con la mía. Con mis argumentos simples y mis historias poco interesantes, con mi manera de publicar poco afín a los mandamientos del Todopoderoso y con la mala suerte de que mi novela no se encuentre en las librerías. Yo, al menos, tengo publicada una novela.

EDUARD PASCUAL EN EL "ENTRE LLIBRES"


Una de las mejores cosas de ser escritor es conocer a los compañeros de profesión. Es algo que enriquece como persona y que aporta la agradable sensación de que formas parte de algo: del microcosmos de los escritores (en este caso noveles).
Eduard y yo nos conocimos a través de Internet. Charlamos a través del chat, intercambiamos impresiones y experiencias y trabamos una ciberamistad que culminó el pasado 27 de febrero cuando Eduard acudió a la presentación de mi novela.
Hoy he tenido la suerte de compartir un buen rato con él ya que le hemos tenido en el estudio de Ona La Torre participando en una nueva edición del espacio "Entre Llibres". Así, Albert Bonet y yo, hemos charlado con Eduard de su primera novela, Codex 10, de novela negra y, como siempre, de libros. Después Eduard, Lluna y yo nos hemos ido al CEIP Molí de Vent donde Eduard ha explicado los entresijos de la profesión a los chavales. Allí estaba también el profe Jordi, artífice de estos encuentros entre la cultura y los estudiantes de Torredembarra, el polifacético Jordi Suñé. Lo hemos pasado bien. Esta es otra de las cosas buenas de ser escritor, los buenos ratos que te porporciona hablar a los demás de lo que haces. Otra experiencia enriquecedora para guardar en la memoria y, como no, para hacer una entradita en mi blog.

domingo, 29 de marzo de 2009

LA BRUJA PUBLICA UN RELATO EN LA REVISTA "PARTEAGUAS"


Justo cuando empiezo a estar un poco desanimada llega algo que me dice que he de seguir. Es como si estas cosillas que van apareciendo en mi camino a cuentagotas fueran señales de que he de seguir caminando.
Creo haber explicado que mi primer premio literario me llegó en un momento en el que me planteaba si valía la pena seguir intentándolo. Recuerdo que en una conversación con mi compañero le comenté: "Tanto tiempo haciendo cosas y no he conseguido nada, me gustaría aunque sólo fuera quedar finalista en algo para saber que los estoy haciendo bien (bueno, era algo parecido je je je)". Y llegó el premio.
Días antes de saber que había quedado finalista del YoEscribo.com, en medio de otro de mis bajones de seguridad en mí misma, le dije: "Cuando me sobre algún dinero, aunque sea por darme el gustazo, intentaré autoeditarme el libro". Y no hizo falta: gané el premio.
Estos días de poca productividad, de falta de concentración y tiempo, cuando pienso que lo voy a dejar, que no puedo seguir adelante... llega algo que hace que vuelva a ilusionarme. El viernes fue la confirmación de que aparecía una reseña de mi novela en la conocidísima Anika entre Libros (estaba hecha desde hace más de un mes, creo recordar pero no sabía si se acabaría publicando). Ese mismo día, me llegó también la portada del número 16 de Parteaguas, la revista del Instituto Cultural de Aguascalientes.
Soy un poco incrécula para estas cosas. Me cuesta mucho lanzar las campanas al vuelo aunque esté deseando hacerlo. Pero parece que sí, definitivamente, mi relato "Un lugar en el mundo" aparece publicado en ella. Como decía Robert, voy a ser una escritora conocida internacionalmente je je je, es que él me quiere. Pero bueno, mirado fríamente, ya he publicado al otro lado del charco, ¿no?

sábado, 28 de marzo de 2009

LA CHICA DEL CUMPLE


Del peor día de mi vida me queda el recuerdo... y esta preciosa muñeca. Nunca me he creído eso de que con el tiempo se olvida... pero, realmente, compensa. Lluna es un sueño hecho realidad, un sueño del que ya me había olvidado por las circunstancias y la edad. Ella es la princesa de esta casa llena de animalejos en la que vivimos (desde este cumple dos más), la promesa de que hay un futuro, las ganas de seguir adelante cuando estás cansada y casi ya no puedes caminar...Lluna ha cambiado mi vida, nuestras vidas. Ya en la barriga era un feto muy inquieto. La gente se asombraba al ver mi abultada panza llena de bultitos que se movían. Desde entonces no ha parado. Es inquieta, curiosa, muy expresiva, emotiva, ocurrente, divertida... agotadora en definitiva. También es mi amuleto de la suerte y, vuelvo a repetir, su existencia y mi sueño de escribir fluyen paralelos. Te quiero, Lluna.

viernes, 27 de marzo de 2009

"EL SUSURRO DE LOS ÁRBOLES" EN ANIKA ENTRE LIBROS


Me llena de gran odgullo y zatizfazión anunciaros que "El susurro de los árboles" aparece reseñado en Anika entre libros. Podéis verlo en http://www.libros2.ciberanika.com/desktopdefault.aspx?pagina=%7E/letras/G/p04400.ascx y http://ciberanika.blogspot.com/2009/03/el-susurro-de-los-arboles-de-lola.html.
La reseña está hecha por el gran Joseph B. Mcgregor al que conocí en ese medio tan denostado como elogiado que es Facebook. También existe una entrevista, inédita aún, y todo (reseña, crítica y entrevista) está hecho desde hace ya algún tiempo, antes de que yo empezara a ser, a mi vez, reseñista amateur. Pues eso, que me hace mucha ilusión compartir con vosotros otro pasito. Me encantaría hablaros de alguna otra de mis novelas... pero es que sólo he publicado esta, ¡qué le vamos a hacer! De todas maneras no pierdo la esperanza de sorprenderos algún día de estos con otra buena noticia.

EL PEOR DÍA DE MI VIDA


Hace dos años exactamente, tal día como hoy, fue el peor de mi vida. Irónicamente también fue el día más importante, ese y los que vendrían después. Esta cara de felicidad que se me ve en la foto era mi cara de embarazadísima. Era la persona más feliz del mundo, encantada de mi suerte, sintiéndome realmente bella con mi abultada barriga y deseando ver la carita del diminuto ser que llevaba unos meses creciendo dentro de mí.
Cuando una se prepara para el parto, todo el mundo te habla de lo estupendo, maravilloso y especial que es. Nadie te cuenta lo mal que se pasa. Te lo envuelven todo con papel de regalo y le ponen un lazo rojo. Parir es muy duro, muy doloroso en la matoría de los casos, si una tiene la mala suerte de que la cosa se complica, no quiero ni contar.
El 27 de marzo de 2007, de madrugada, me puse de parto. Hasta ahí todo bien. Las contracciones son soportables. El miedo no se puede evitar. La mala suerte es una posibilidad en la que no se piensa... pero que suele tocar. Ingresé a las 8 de la mañana en el Hospital de Santa Tecla de Tarragona ilusionada pero también muy asustada.
En mi caso una preclamsia (subida de tensión) me obligó a quedarme ingresada aunque no había alcanzado la dilatación necesaria. Me quedé en el hospital. Esa estancia es el peor recuerdo de lo que he vivido hasta ahora. Las horas pasaban y el bebé no podía salir. Vómitos, dolor de cabeza, enfermeras que te tratan como si fueses una vaca a la que hay que ordeñar, sondas, pinchazos... hasta me separaron de mi compañero durante un par de horas y me dejaron sola, asustada y triste en una sala de dilatación.
Cuando haces cursos de preparación al parto, te pintan a las enfermeras como ángeles amables que te van a hacer más fácil ese momento tan difícil. No dudo que las haya, pero en mi caso fueron simples operarias que se limitaban a cumplir trámites y protocolos, frías e impersonales, rutinarias y, algunas de ellas, desagradables. Mi familia en la sala de espera tampoco tuvo muy buena sensación. Nadie salía a decirles nada mientras las horas iban pasando (para ser exactos 16) y todas las parturientas que entraban iban saliendo convertidas en nuevas madres y yo seguía allí. Me tuvieron sufriendo todo ese tiempo, me pusieron dos epidurales porque la primera "no estaba bien puesta", apuraron hasta el final para, finalmente, hacerme una cesarea. Nunca entenderé por qué tardaron tanto.
En la misma sala de partos, después de 16 horas de suplicio y tras haber sufrido una cesárea, la amable ginecóloga me comunicó que tenía un mioma. Para ella era lo más normal, hasta se permitió hacerme bromas, pero yo no sabía de qué estaba hablándome porque ella tampoco me explicó nada, así es que su exquisito tacto lo único que hizo fue intranquilizarme y preocuparme más.
Lluna nació las 00:22 del 28 de marzo de 2007. Verla por fin fuera de mí fue una extraña y maravillosa sensación. También fue un momento muy traumático ya que apenas me dejaron verla unos segundo y se la llevaron. Tantos meses de cuidarla, tantos esfuerzos para parirla, y la última en tocarla y acariciarla, en tenerla cerca, fui yo. Hasta que no me llevaron a la habitación y la tuve en mis brazos, hasta que no la sentí aferrada a mi pecho (del que no se soltó hasta los 17 meses) no respiré aliviada.
Por suerte, unas semanas después, recuperada de la anemia de caballo que me sobrevino después del parto y de la que ningún médico o enfermera me había avisado, una vez la tensión más o menos ser regularizó, tener a Lluna fue maravilloso. Afortunadamente todo pasó. Nunca podré olvidarlo. El mal hacer de unos cuantos "profesionales" de la sanidad convirtió en un recuerdo traumático el que tenía que haber sido el momento más hermoso.