Bien, pues parece que estamos en racha. Después de unos años de sequía dos premios seguidos en menos de un mes. De nuevo una llamada telefónica y el anuncio del fallo del jurado. El premio no es metálico si no una donación de 150 euros para programa de apoyo a la permanencia y éxito escolar de los niños y adolescentes trabajadores y ex trabajadores del vertedero de La Chureca en Managua, Nicaragua.
El jurado, compuesto por Jordi Sierra i Fabra y Ricardo Gómez ambos con una amplia trayectoria en la literatura infantil y juvenil, decidió otorgar por su sensibilidad y calidad poética el premio en la categoría adultos de la II edición del concurso a la obra EL AROMA DEL JAZMÍN. La entrega de premios se celebraba hoy en Madrid a las 12:30 pero me ha sido imposible asistir. Estas son las palabras que envié a los organizadores para que las dijeran en mi nombre:
"Me hubiera gustado enormemente estar aquí con vosotros y poder disfrutar de este premio pero no ha sido posible. Por suerte, alguien leerá estas palabras y os hará llegar mi agradecimiento por el premio y por gritar en voz alta NO A LA EXPLOTACIÓN INFANTIL. Mientras escribo estas líneas mi hija Lluna de un año duerme tranquila, segura y confortable en su cunita. Ella ha tenido la suerte de nacer en esta parte del mundo y eso le asegura una infancia feliz y el derecho a aprender a jugar día a día. Su padre y yo trabajamos para ella, para su felicidad, para que pueda sonreír. Es por eso que quiero dedicar este premio a todos esos otros niños que no tienen tanta suerte como Lluna porque individuos sin corazón les arrebatan su infancia negándoles el derecho a jugar y a aprender a sonreír. NO A LA EXPLOTACIÓN NI EL MALTRATO INFANTIL."
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