Este Sant Jordi ha sido un gran día para mí como lo es cada año desde que publiqué mi primera novela. No importa vender mucho o poco, sinceramente, pero participar te hace sentir que formas parte de algo, que tienes tu sitio en ese universo extraño que es el literario. Los escritores poco conocidos, los que publicamos con pequeñas editoriales ese día somos prácticamente invisibles. Es una jornada de escritores famosos, megapublicitados y mediáticos. Es un día en el que la gente hace cola para que le firme Vaquerizo o Lomana. Casi todo el mundo compra libros ese día, personas que no leen de manera habitual, así que lo de menos es si es bueno o malo, lo importante es que sea ese del que tanto se ha oído hablar, generalmente uno de los que sacan tantos y tantos famosos para aprovechar el tirón de la Diada.
Para mí es un día muy feliz siempre. Es emocionante ver mi ciudad repleta de libros y rosas, tanta gente paseando por ella... más este año que ha sido especialmente concurrida, y no es una apreciación mía, es algo que los que habitualmente vivimos la fiesta del libro en Barcelona hemos notado. Este año "El Café de la Luna" ha celebrado su primer cumple y pensaba que no estaría firmando, pero mi editorial cree que es un libro al que aun le queda recorrido así que ahí hemos vuelto a estar los dos. Como el año pasado he tenido la ocasión de hablar con lectores, recibir su cariño y reencontrarme con amigos a los que no veía desde hace muchos años, una prueba más de la magia de los libros. También he coincidido con los compañeros y otros escritores de la editorial. Entre ellos Víctor del Árbol, Sebastià Benassar, Anna Maria Villalonga, Alberto Gimeno, Daniela Violi...
Para mí es un día muy feliz siempre. Es emocionante ver mi ciudad repleta de libros y rosas, tanta gente paseando por ella... más este año que ha sido especialmente concurrida, y no es una apreciación mía, es algo que los que habitualmente vivimos la fiesta del libro en Barcelona hemos notado. Este año "El Café de la Luna" ha celebrado su primer cumple y pensaba que no estaría firmando, pero mi editorial cree que es un libro al que aun le queda recorrido así que ahí hemos vuelto a estar los dos. Como el año pasado he tenido la ocasión de hablar con lectores, recibir su cariño y reencontrarme con amigos a los que no veía desde hace muchos años, una prueba más de la magia de los libros. También he coincidido con los compañeros y otros escritores de la editorial. Entre ellos Víctor del Árbol, Sebastià Benassar, Anna Maria Villalonga, Alberto Gimeno, Daniela Violi...
Y me lo estaba pasando tan bien que ni me acordé de la cámara de fotos. Suerte que siempre hay alguien más previsor. En las imágenes que veis aparezco con la ilustradora Daniela Violi, con una lectora maravillosa de nombre Dolors Besora y en la última estamos Sebastià Benassar y yo en el objetivo de Anna Villalonga. En definitiva: un día para el recuerdo. Espero que vengan muchos más.
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