El 2011 ya está llamando a la puerta. Llegados a este punto en el que el balance ya está hecho solo nos queda la sensación, buena o mala, al mirar atrás y ver por lo que hemos pasado. Mi sensación es buena, muy buena. Lo malo no lo es tanto como para perdurar en el recuerdo. En todo caso lo bueno lo supera y lo arrincona. Al año nuevo solo le pido que llegue, lo demás poco a poco que él es inexperto y a mí de un año para otro se me olvida. Procuremos ser felices y lo demás ya se irá viendo.
Que la salud y el trabajo no falten, que podamos cultivar la ternura, el cariño, el amor, la amistad y la risa. En fin, que nos sea posible seguir adelante como hasta ahora, haciendo camino.
Y mi yo escritora, contento con lo que se vislumbra en el horizonte, seguirá trabajando duro para continuar viviendo su sueño. En estos momentos hay dos puertas entreabiertas. Bueno, una puerta y una ventana. Y si no se abren no pasa nada. Lo que no nos mata nos hace más fuertes, nos enseña y siempre podemos usarlo en nuestro provecho como savia para nuevas historias. En definitiva, hago lo que me gusta y soy feliz haciéndolo, ¿se puede pedir más? Feliz año nuevo para todos/as y que podais vivir en el 2011 algunos de vuestros sueños.
