Contenta de haber participado un año más en las jornadas literarias Visor de manera activa, feliz con los encuentros y reencuentros, y con esa sensación de seguir ahí, al pie del cañón. (El lector es un obsequio de la ceramista Roser Oter a los que ayer hicimos las Jornadas Visor. Una maravilla.)
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