miércoles, 5 de septiembre de 2012

OTOÑECE

Primero fue el silencio. Una noche antes de irme a dormir, desde la terraza, pude oír el silencio y apreciar que la contaminación lumínica había disminuido. Eso fue a finales de agosto. Los turistas se habían ido. Luego, mágicamente, llegó la lluvia y trajo el viento, y las hojas de los árboles se dejaron caer. Y por fin era septiembre.
Bendito septiembre. Ya está de vuelta. En una semana empieza el cole y volveré a tener silencio y tiempo, mucho silencio y mucho tiempo. Es como si realmente ahora fuera año nuevo. Hay gente que odia la rutina pero para quienes escribimos es necesaria, al menos mientras dura la escritura. Luego ya hay bastante movimiento y descontrol, me refiero a los que trae aparejados todo lo referente a la promoción de un libro. En ese sentido, la de El Café de la Luna aún no ha acabado así que imagino que aún seguiremos dándole vidilla por un tiempo.
Se pone en marcha la temporada de radio y aún no sé cómo va a ir. Habrá radio, seguro, aunque a lo mejor la aparco un poco para poder dedicarme a otras cosas. Cosas como por ejemplo, la nueva etapa de La Tormenta en un Vaso, proyecto en el que me he implicado más y en el que tengo nuevas responsabilidades: soy la coordinadora de la sección de narrativa breve. Todo un lujo si uno se deja caer por el blog y le echa un vistazo al elenco de "lletraferits" con los que me codeo. http://www.colectivobandaaparte.blogspot.com.es/. No me negareis que no es un lujo formar parte de este colectivo.
Y luego está Bracket Cultura, una iniciativa en la que también me he implicado y en la que, de momento, ando dándole vueltas a un tema del que ya os hablaré más adelante cuando se vaya concretando. Además está mi nueva novela que ha seguido avanzando,aunque poco, este verano y que a mediados de mes vuelve a ser mi prioridad. La cuestión es no parar. Nunca se sabe de dónde van a venir las cosas.

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