El día después. Estoy contenta, muy contenta. Tal y como intuía fuimos pocos, unos 20, pero me apunto el día de ayer como otro pequeño triunfo. Me sobran motivos para estar feliz por la trayectoria que lleva este libro y en el día de ayer se añadieron algunos más. Y es que fue la primera vez que hubo lectores que no me conocían de nada, ni de la vida real, ni de la radio, ni del facebook. Eran personas que habían visto la portada del libro o el cartel de la presentación y les había llamado la atención. No es fácil que alguien compre un libro sin tener referencias. Lo habían leído y se presentaron allí con los deberes hechos. ¡Qué ilusión! Que alguien que no conoces absolutamente de nada se interese por lo que haces y te diga lo mucho que le ha gustado y te proponga hacer una presentación en una librería que frecuenta porque piensa que les interesará es un sueño. Que te expliquen en primera persona que han sentido un montón de cosas al leerte y que han tenido la sensación de estar allí, dentro del libro, en el lugar al que los has querido llevar... ¡uf! Se me ponía la carne de gallina. En fin, que me lo pasé muy bien. Luego no me podía dormir de lo emocionada que estaba. Y hay más, proyectos para algún club de lectura, más presentaciones, Sant Jordi... ¡ayyyy! ¡Cómo me gusta este oficio! Una vez más, gracias a los que vinisteis y, especialmente, a mi amigo Amando Lacueva que hizo los honores a mi humilde café. Un lujo de presentador en la mejor compañía.
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