La sala de Àmbito Cultural se llenó ayer de emociones, muchas emociones. Más que lectores y un libro había muchos amigos. Las primeras en llegar fuimos Lluna y yo, después llegó la otra madre de la criatura, Judith Lloret Lansaque, con sus preciosas hijas, Claudia y Andrea. A partir de ahí comenzaron a invadir la sala unas abuelitas endomingadas que intuyo son las "abonadas" perpetuas de los viernes. Pensé que acabarían ocupando las más de 50 sillas disponibles pero no, al final la cosa no tomó tintes de epidemia. A partir de ahí empezaron a llegar rostros conocidos. La mayoría amigos, personas con las que en algún momento de mi vida he compartido momentos, experiencias y cariño. También compañeros de la radio, de Onda Cero y de la Marabunta, y algunos oyentes. Por si fuera poco hubo más de un momento mágico en el que por fin tuve ocasión de abrazar a esos otros amigos que conozco a través de los blogs y del Facebook. Impagable el cariño, las emociones, los besos, los abrazos, los reencuentros.
Cuando ya estábamos sentados para dar comienzo a la presentación la gente seguía llegando. Y ahí estaba yo, flanqueada por dos caballeros que me hicieron sentir muy arropada en la tarima de los parlamentos: mi editor, Josep Forment y el escritor y crítico literario (entre mil cosas más), Sergi Bellver. Abrimos fuego con unas palabras de Josep, luego vimos el audio-visual que me regaló mi amiga Montse Bru y por el que desfilaban imágenes de mi particular mundo. Luego le tocó a Sergi, que fue bueno, muy bueno, espero que esto no dañe su reputación y desde aquí le prometo que voy a intentar ser mala, que la próxima novela será más sórdida y que putearé a mis personajes. Queda dicho, se acabó esto de ser la prima hermana de Heidi.
Y finalmente me tocó a mí. Odio hablar en público, me da pavor. Las manos me sudan pero las tengo heladas, se me seca la boca, me olvido de lo que voy a decir... La cosa no iba del todo mal hasta que vi a una de las abuelitas, especiazadas en las meriendas y saraos literarios de los viernes, echando una cabezadita en medio de la sala. ¡Dios! Me entraron las inseguridades, empecé a pensar que estaba durmiendo a los presentes y me empezó a temblar la voz. Pero Sergi estaba ahí par echarme un capote y salimos del trance. Ya solo quedaba agradecer a todo el mundo y responder a unas preguntas para acabar. Y después a firmar libros. Firmé libros, bastantes libros, y di besos, muchísimos besos. Ay, qué corto se hizo pero qué intenso. Gracias a todos/as por venir.
Por cierto, las fotos son de Mónica Günther, Robert Calvo, Talía Nieto y Judith Lloret.
Por cierto, las fotos son de Mónica Günther, Robert Calvo, Talía Nieto y Judith Lloret.
¡Cómo me hubiera gustado estar ahí! Ainsss... pero bueno, habrá otras y en alguna de esas digo yo que podré estar. En tanto, que vaya muy bien, Bruji. Besos y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAinsssss, ¡cómo me hubiera gustado que hubieras estado! La verdad es que esto del Internés te da la sensación de cercanía con mucha gente que está lejos y luego, en momentos como el del viernes, es cuando te das cuenta de la distancia. Faltábais un buen puñado, pero estoy convencida de que en el fondo me acompañábais. A ver si me hago famosaza y puedo ir a donde quiera :)Un besote enorme y gracias por estar siempre ahí.
ResponderEliminar¡¡¡Ya tengo tu libro!!! Ayer lo pude comprar en La Casa del Libro de Cartagena. Precioso. En cuanto lo lea, le hago un hueco en mi blog. Besos y en la que nos veamos prepárate el boli.
ResponderEliminarUaaaaaala!!!! Qué ilusión. ¡¡¡Gracias!!! Ya me dirás qué te parece. Un beso enorme, Víctor.
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