Sigo a la espera. Estoy de los nervios. Esto es un sinvivir. Hoy me llegan noticias que me hacen entender por qué aún no me han dicho nada. Y aunque soy capaz de comprender, eso no me resta ni un ápice de angustia. ¡Ay, de mí! Que vivo sin vivir en mí y que aunque lo estoy deseando no puedo decir ni mú... bueno, poder puedo pero no quiero pillarme los dedos. ¡¡¡Y hay tantas cosas!!! Hoy se suma una buena noticia más que solo será posible si se cumple la primera parte de la estupenda noticia que estoy deseando dar. Pero me dejo de trabalenguas. No es por hacerme la interesante, os lo prometo. Me muero de ganas de gritarlo a los cuatro vientos, más después de lo de hoy, pero me da miedo que al final no pueda ser y me quede con un palmo de narices. He escuchado demasiados cantos de sirenas, la verdad. En todo caso se acerca el final del plazo que me dieron. Poco más de un mes de sufrimiento. Cruzad los dedos.
