jueves, 26 de noviembre de 2009

ACUSANDO EL CANSANCIO

Tarde o temprano tenía que pasar. Demasiadas cosas y tan poco tiempo. Al final he caído enferma y mis ánimos se han venido un poco abajo. Nada grave, simplemente una gripe agravada tanto física como psicológicamente por la menstruación. Aiiiiiiins, he estado hecha una verdadera piltrafilla. Así que no he escrito ni en los blogs ni he trabajado en mi novela ni en mis relatos y me ha costado muchísimo ponerme a leer y a reseñar. A todo ello se ha unido la situación que se vive en Clarà, mi barrio. En menos de una semana hemos sufrido varios ataques de perros sueltos e incluso el intento de agresión de un dueño y la agresión de su hijo. Todo acabó con la presencia de los Mossos de Esquadra pero de la polícia local de Torredembarra a la que avisamos cuando dicho energúmeno nos amenazaba y provocaba nada de nada. Ni rastro. Vivir aquí se está volviendo en una psicosis. No puedes salir a pasear con tu perro atado porque los incívicos llevan a los suyos sueltos y además se ofenden si les pides que los aten. Si sus perros te atacan no te piden ni disculpas, además se te encaran. Bueno, parecerá una tontería pero todo suma.
Esta tarde intentaré escribir un relato que de ser seleccionado tendrá 15.000 lectores potenciales, los de la publicación en la que aparecería. Pero lo veo poco probable porque no consigo arrancar. A ver si el fin de semana puedo sacudirme el cansancio de encima y mudar mi ánimo para volver con ganas a la carga.

2 comentarios:

  1. Leche calentita con un poco de miel, y a la cama. No hay mejor panacea para remediar los males, o al menos ese era el remedio que me daba mi madre cuando vivía con ella.
    Sobre la destemplanza por la que estáis viviendo en el barrio, paciencia (sé que es difícil decir estas cosas desde 500 kilómetros como mínimo).
    Yo suelo mirar el horizonte, hasta el lugar más profundo donde mi mirada sea capaz de llegar, y lanzo mi frase para los grandes males, que también me zarandean de vez en cuando: "esto, también pasará". Y pasa... vaya que si pasa. El tiempo se lo come todo.

    Un abrazo, y mejórate. Después del malestar, hasta los colores sentirán haber recobrado su perdido esplendor, ya lo verás.

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  2. Gracias, MA, por suerte mis depres duran el tiempo de explicarlas. Esta tarde me he puesto a escribir ese relato y me ha salido algo medianamente bueno. Así ya me animo un poco. Saber que tengo línea directa con un amigo editor que va a leerlo y a darme su opinión me ha hecho sentir también afortunada porque en realidad lo soy. Supongo que es cuestión de pararse a pensar y a valorar. Era simplemnte un cúmulo de cosas y mal rollo pero nada grave. Agradezco tus palabras que también me han animado. Un abrazo

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