Ya estamos de vuelta. Cinco días pasan rápido. Aunque en esa extraña sensación de irrealidad que dejan los viajes parezca que hayamos estado fuera un mes o que haga más de un año que fuimos a Londres. Apenas hemos deshecho las maletas, descargado las fotos en el ordenador y puesto un par de lavadoras y mañana comienza de nuevo la rutina de siempre.
El viaje ha sido estupendo, agotadoramente estupendo. Recorrer una ciudad, hacerla tuya, requiere de muchos pasos por su asfalto viendo, oyendo y respirando sus rincones, empapándote del ambiente, observando a sus gentes... pasando desapercibida para poder mirar e imaginar mil historias que luego se convertirán en relatos nacidos de mi desbordada mente.
Las visitas culturales han sido sobervias. El British Museum una fuente de inspiración e imágenes de la que se nutrirá "La hija del Escriba", la National Gallery y la Tate Modern un bombardeo de estímulos, el reencuentro con artistas como Picasso o con Van Gogh y sus giraroles (en el pasado tuve una cita con las versiones de París y Munich) y una primera cita con Diego Rivera, Juan Gris, Pollock, Warhol o Da Vinci a los que sólo había admirado en libros. También un paseo por la Segunda Guerra Mundial de la mano de mi compañero para ambientar y documentar ese proyecto de novela conjunta que nos traemos entre manos. Habitar el mismo barrio en el que se reunía el Círculo de Bloomsbury con Virginia Woolf y su hermana Vanessa Bell al frente también ha tenido su gracia tanto como pasear por todos esos rincones típicos que ahora ya puedo identificar y sentir un poco míos.
Y ahora, sin más preámbulos, a trabajar.
Me alegra que lo hayas pasado tan bien.
ResponderEliminarY ahora, perezosa... A TRABAJAR y a poner en marcha esa novela que estoy impaciente por leerla.
Un beso
Qué bueno !!!
ResponderEliminarme apunto a leerlas todas.
Me alegro que hallas descubierto un mundo nuevo para inspirarte.
besos.
Gracias, guapas, besitos a las dos. Muacs
ResponderEliminar